Es Cuestión de Educación:
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Cuestión de orientar.
Inteligencia emocional infantil. Prevenir el bullying o la violencia entre pares. María Elena Acosta ArévaloPromover el conocimiento de uno mismo, de la imagen que poseemos, de lo que somos y de asumir y aceptar que en toda sociedad se convive entre personas diferentes es una manera sencilla de prevenir la violencia contra uno mismo o contra los demás. Autoimagen ¿Cómo soy? ¿Cuáles son mis principales rasgos distintivos? Desde que los niños son pequeños reciben de los padres, cuidadores o tutores una imagen de sí mismos, desde el exterior. Al paso del tiempo estas características que los definen desde afuera van conformando su identidad. Una de los momentos más importantes del desarrollo infantil sucede cuando el bebé pequeño identifica su imagen frente al espejo, alrededor de los seis meses. Ocuparnos, como padres, de propiciar este encuentro es fundamental para el desarrollo del niño. Nuestra tarea es apoyarlos con palabras que les permitan saber como son. Más adelante, cuando el niño y la niña empiezan a hablar, alrededor de los dos-tres años, sentados juntos, la madre y el niño, y frente al espejo, con objetividad y sin adjetivos repasar y reconocer una a una sus características físicas les permitirá conocerse:"Soy una niña morena. Tengo los ojos café obscuro. Soy delgada. Mis cejas son espesas. Mis labios son gruesos. El color de mi cabello es café igual que el de mis ojos. etc. etc. " Más adelante, este reconocimiento sin adjetivos calificativos. Sin estereotipos de bueno o malo, mejor o peor le ayudará a identificar las diferencias: "Yo tengo el cabello café, mi hermana Daniela tiene el color de cabello más claro que el mío." Más adelante, alentar a los niños a reconocer sus habilidades y sus diferencias respecto a otros, les permitirá aceptarlas como distintivas de su personalidad. Por ejemplo, que la niña sepa expresar sin problemas lo que puede hacer y lo que no puede hacer sin restarle mérito por ello, sino simplemente como un rasgo característico de su personalidad: "Daniela y yo somos hermanas pero somos diferentes. Yo soy más grande que ella y corro muy rápido. Ella hace dibujos muy bonitos usando todos los colores de la caja. Yo prefiero salir al patio a jugar con la pelota. Mi hermana me hace dibujos de las cosas que yo le platico." La mayoría de las veces son los propios padres o los adultos, con los que conviven los niños, quienes empiezan a marcar las diferencias. Esto ocurre a veces de manera inconciente y sin afán de dañar, pero deja marcas permanentes en la imagen de los niños. Por ejemplo comparar acerca de quién obtiene mejores calificaciones, o quién es más ágil, o más bonita o blanca. Estos comentarios dichos en voz alta frente a los niños, o a manera de reclamos son etiquetas que descalifican por no pertenecer a cierto tipo determinado por la moda o divulgado, a través de imágenes, por los medios masivos de comunicación y la publicidad. Si se evitan estas expresiones que lastiman y se aprueba la diversidad en rasgos y habilidades, se está fortaleciendo la aprobación que los niños esperan de los adultos. Los niños necesitan crecer en un espacio familiar y social que les garantice seguridad y confianza. Cuando ingresan a la escuela, satisfechos con su imagen, resultará más difícil que se sientan incómodos con las diferencias que puedan percibir en su entorno y por lo tanto, ser blanco fácil de burlas o del rechazo. Aquellos niños que son golpeados, lastimados, etiquetados y señalados son niños que carecen, las más de las veces, de certeza en sí mismos y en su entorno familiar. Las palabras ofensivas y descalificatorias son la forma más sencilla de marcar de una vez y para siempre la imagen que el niño y la niña se están formando de sí mismos desde temprana edad. Evitarlas es nuestra responsabilidad |